JAMIE DORNAN LE CUENTA A LOUIS WISE POR QUÉ EL RIESGO FORMA PARTE DE SU ADNAmante del riesgo
El día que conocí al actor norirlandés
Jamie Dornan, de 37 años, me confesó que había hecho un test de
personalidad esa misma mañana. “El test preguntaba ‘¿Le gusta asumir riesgos?’.
Marqué la opción ‘Sin lugar a dudas’”, afirma el intérprete de Belfast. No tuvo
ni que pensarlo. “Seguramente siempre haya sido así. No de una manera
temeraria, pero creo que siempre me ha gustado jugar con los límites”.
Por decirlo de algún modo. En las tres
famosísimas películas de Fifty Shades (50 Sombras), adaptaciones de las novelas
eróticas de E. L. James, Dornan remueve y agita a los espectadores en el papel
del infame Christian Grey. En la exitosa serie de la BBC The Fall, resulta
incluso más inquietante con su interpretación del amable asesino en serie. Y en
2020 le veremos traspasando nuevos límites, pero de forma muy distinta. En una
de sus próximas películas tiene que improvisar la mayoría del diálogo; en otra,
prueba con el humor. En ambos retos es primerizo. Y luego viene el inesperado
cameo en… Trolls World Tour.
“Prácticamente pedí participar en ella”, se ríe Dornan, justo después de la sesión fotográfica para EDITION; tiene un carácter jocoso y cercano que enseguida compensa que sea, digámoslo claramente, intimidantemente guapo. Las razones de su petición no son difíciles de adivinar: tiene tres hijas que están “totalmente obsesionadas” con el mundo de Trolls y sabía que se llevaría muchos puntos si volvía a casa con un papel en esta película animada . “Les dije: ‘Haré cualquier cosa. Ni siquiera necesito tener diálogo’”. (Hay que aclarar que sí que se le oye hablar, como Chaz, un “troll que adora el jazz”).
“Prácticamente pedí participar en ella”, se ríe Dornan, justo después de la sesión fotográfica para EDITION; tiene un carácter jocoso y cercano que enseguida compensa que sea, digámoslo claramente, intimidantemente guapo. Las razones de su petición no son difíciles de adivinar: tiene tres hijas que están “totalmente obsesionadas” con el mundo de Trolls y sabía que se llevaría muchos puntos si volvía a casa con un papel en esta película animada . “Les dije: ‘Haré cualquier cosa. Ni siquiera necesito tener diálogo’”. (Hay que aclarar que sí que se le oye hablar, como Chaz, un “troll que adora el jazz”).
Aunque el papel en Trolls parece algo
inusual en su CV, refleja muy bien su estilo: sin pretensiones, con los pies en
la tierra y muy familiar. Hasta la fecha, se ha fiado de su instinto. Durante
la última década se ha labrado un porvenir profesional en cine y televisión,
después de hacer la delicada transición de ser uno de los modelos más
codiciados del mundo. Sigue haciendo algunos trabajos de modelo, como en la
campaña de BOSS The Scent del año pasado, pero ahora su gran prioridad es
actuar. Otros títulos son Marie Antoinette (María Antonieta), Anthropoid
(Operación Anthropoid) y A Private War (La corresponsal).
“Me gusta la gente clara y directa y saber
lo que quieren”, explica después de decir por qué prefiere actuar. Desfilar
puede ser divertido, aclara (y siempre agradece a los que le ayudaron en su
camino), pero “tener largas conversaciones sobre cómo lucir un cabello sexy
pero elegante, aunque no muy elegante ni muy sexy…”. Pone cara de exasperación.
“Se pierde mucho tiempo con tonterías y a mí es algo que me cuesta”.
·
« Si
no te arriesgas, no vas a llegar a ningún sitio »
Gran parte del carácter tranquilo de
Dornan se debe a que creció en Irlanda del Norte. Siendo hijo de un ginecólogo,
de adolescente no tuvo muchas aspiraciones artísticas; era más bien un loco del
deporte y, de hecho, lo sigue siendo, con un gran hándicap en golf. Las ganas
de actuar llegaron más tarde. Pero tanto para el cine como para los deportes
tiene el mismo gusto por el riesgo. “Claro que debes tenerlo”, razona. “Si no
lo tienes, no vas a llegar a ningún sitio, a menos que seas de los que conducen
por la autopista y no se mueven del carril central, que es el tipo de gente que
MENOS me gusta en este mundo”, confiesa riéndose. “Creo que es una actitud
vital; probablemente tampoco se compliquen la vida en el trabajo. Simplemente
son muy felices permaneciendo en ese carril”.
Dornan y su mujer, la actriz y música
Amelia Warner, se casaron en 2013; ella también hizo el test de personalidad,
que confirmó que es mucho menos aficionada al riesgo. Viven con sus tres hijas
en la tranquila campiña inglesa. Cuando le pregunto por cómo le ha cambiado la
paternidad, me contesta que le ha marcado. “Es todo lo que soy ahora: un padre.
No pienso mucho en mí. Todas las decisiones que tomo profesionalmente se basan
en lo que es mejor para mi familia”.
“Al tener hijos descubres muchas cosas sobre ti mismo”, concluye. “A veces no te gusta lo que ves”, sonríe, “pero otras veces sí”. ¿Supo siempre que iba a ser padre? “Sí, pero una cosa es pensarlo y otra es encontrar a una persona lo suficientemente loca como para tenerlos contigo”.
En este momento de su carrera, Dornan transmite seguridad y certeza, con un deseo de ser él mismo sin complejos. Es lo que le hace disfrutar especialmente de ser el rostro de BOSS: The Scent. “No es un perfume embriagador”, afirma; “no te esconde, te complementa”. “Creo que encaja conmigo”, continúa. “Todos los valores que representa y estar destinado a un hombre con las cosas claras, que sabe quién es y que no necesita esconderse. Es para alguien seguro de sí mismo”.
Las próximas películas dan fe de un espíritu aventurero similar. “Me siento muy orgulloso de tener papeles tan diferentes y de distintos géneros en un mismo año, porque es lo que buscaba”, admite. A menudo ha rechazado las vías más sencillas, como seguir siendo modelo o hacer solo cosas lucrativas, con la intención de “gobernar mi propio barco”, nos confiesa. “Sería una persona muy aburrida si solo tuviera cinco películas de acción pendientes de estreno, ¿no?”.
En vez de eso, tiene un drama, Endings, Beginnings, con Shailene Woodley, que “se sale completamente de mi zona de confort”; una de ciencia ficción, Synchronic; una romántica irlandesa, Wild Mountain Thyme, en la que actúa con Emily Blunt y Jon Hamm; Trolls, de la que ya hemos hablado; y Barb and Star Go to Vista Del Mar.
Esta última es una comedia de Kristen Wiig y Annie Mumolo, las responsables de Bridesmaids (La boda de mi mejor amiga). En ella, Dornan hace el papel de un desafortunado esbirro de misión en Florida. La pone en el mismo saco que clásicos como Naked Gun, Airplane! (Aterriza como puedas) o Hot Shots! Part Deux (Hot Shots 2), que es algo positivo, porque “me encantan esas películas”. Pero puede que haya sido el papel más exigente del lote y el más tardío.
“Al tener hijos descubres muchas cosas sobre ti mismo”, concluye. “A veces no te gusta lo que ves”, sonríe, “pero otras veces sí”. ¿Supo siempre que iba a ser padre? “Sí, pero una cosa es pensarlo y otra es encontrar a una persona lo suficientemente loca como para tenerlos contigo”.
En este momento de su carrera, Dornan transmite seguridad y certeza, con un deseo de ser él mismo sin complejos. Es lo que le hace disfrutar especialmente de ser el rostro de BOSS: The Scent. “No es un perfume embriagador”, afirma; “no te esconde, te complementa”. “Creo que encaja conmigo”, continúa. “Todos los valores que representa y estar destinado a un hombre con las cosas claras, que sabe quién es y que no necesita esconderse. Es para alguien seguro de sí mismo”.
Las próximas películas dan fe de un espíritu aventurero similar. “Me siento muy orgulloso de tener papeles tan diferentes y de distintos géneros en un mismo año, porque es lo que buscaba”, admite. A menudo ha rechazado las vías más sencillas, como seguir siendo modelo o hacer solo cosas lucrativas, con la intención de “gobernar mi propio barco”, nos confiesa. “Sería una persona muy aburrida si solo tuviera cinco películas de acción pendientes de estreno, ¿no?”.
En vez de eso, tiene un drama, Endings, Beginnings, con Shailene Woodley, que “se sale completamente de mi zona de confort”; una de ciencia ficción, Synchronic; una romántica irlandesa, Wild Mountain Thyme, en la que actúa con Emily Blunt y Jon Hamm; Trolls, de la que ya hemos hablado; y Barb and Star Go to Vista Del Mar.
Esta última es una comedia de Kristen Wiig y Annie Mumolo, las responsables de Bridesmaids (La boda de mi mejor amiga). En ella, Dornan hace el papel de un desafortunado esbirro de misión en Florida. La pone en el mismo saco que clásicos como Naked Gun, Airplane! (Aterriza como puedas) o Hot Shots! Part Deux (Hot Shots 2), que es algo positivo, porque “me encantan esas películas”. Pero puede que haya sido el papel más exigente del lote y el más tardío.
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« Sería
una persona muy aburrida si solo tuviera cinco películas de acción pendientes
de estreno »
“He querido hacer comedia durante mucho
tiempo. De hecho, cuando comencé a actuar, solo quería hacer eso”. Desde niño
es un gran fan de actores cómicos de la talla de Paul Rudd y Adam Sandler, y
quería seguir sus pasos. Sin embargo, parece que ha necesitado pasar una década
interpretando otros papeles (misteriosos millonarios, asesinos en serie o
soldados) para llegar a ello. De algún modo, esto confirma el mejor consejo que
le han dado, de su padre:
“Siempre decía: ‘No es una carrera de velocidad. Tómate tu tiempo y todo saldrá de la forma más conveniente para ti’”.
Dornan piensa mucho en ello mientras sortea los altibajos de una carrera en Hollywood. “No te puedes enfadar por los trabajos que no salen. No eran para ti”, afirma con resignación. “Tienes que seguir tu propio camino”.
“Siempre decía: ‘No es una carrera de velocidad. Tómate tu tiempo y todo saldrá de la forma más conveniente para ti’”.
Dornan piensa mucho en ello mientras sortea los altibajos de una carrera en Hollywood. “No te puedes enfadar por los trabajos que no salen. No eran para ti”, afirma con resignación. “Tienes que seguir tu propio camino”.
Está claro que eso es lo que más le gusta.
Abril, 8 de 2020
Fuente: HUGO BOSS - Historias
Traducción al castellano: 1996rosafermu
Ilustraciones: Hugo Boss Historias
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