Cada fin de semana , acudían al motel a liberar su amor. Estaban tranquilos, Stanley era precavido. No había peligro.
Los meses fueron pasando, y se acercaba el final del curso. La familia de Stanley iría de vacaciones a California, en donde tenían familia. ELLA, sin embargo se quedaría en Detroit. Se buscaría un trabajo durante el verano para ayudar en casa.
Ambos estaban tristes ante la inminente separación. Stanley había tenido una buena bronca en casa: no quería irse, pero el padre, enérgicamente, había impuesto su criterio.
- Mamá ¿ podrías arreglarme algún vestido que sirviera para la fiesta de fin de curso?
-¿ De dónde voy a sacar el tiempo ? Hazlo tú, yo no puedo. Con la falda negra y una blusa, irás bien. Todo el mundo sabe que somos pobres y no podemos hacer el gasto de un vestido nuevo
- Está bien , mamá, no te preocupes.
Se dirigió a casa de su amiga Lizzy, a ver si ella pudiera prestarle algo
- Ven, vamos a mi cuarto. Algo encontraremos
Y llegó el tan ansiado día de la fiesta de fin de curso. Y llevó el vestido que la prestó su amiga Lizzy. Y su madre la dio permiso pasa que fuera más tarde... Era un día perfecto
- Estás preciosa, nena-la decía Stanley
El llevaba un traje oscuro y pajarita, muy elegante. Para ELLA era el chico más guapo del mundo. Acudieron juntos al baile, bailaron sin parar, y a escondidas, él llevó una petaca de whisky, que bebían cuando nadie les observaba.
- Vámonos- la dijo tirando de ella
-¿Dónde vamos?
- Vamos al motel. No me apetece bailar más. Quiero estar contigo. Dentro de tres días nos iremos y vamos a estar mucho tiempo sin vernos. Yo te quiero y, te necesito
- Stanley, no podemos irnos, es la fiesta de fin de curso
-Podemos hacer lo que queramos, y yo estoy harto de esta musiquilla de críos
- Pero es que¡ somos unos críos!- dijo la chica
- Yo no. Dentro de dos meses cumplo los dieciocho. Seré mayor de edad.
La hizo una caricia en la mejilla, la besó en los labios y en unos minutos estaban camino del motel. El alcohol ingerido, las hormonas juveniles, y su propio amor hizo todo lo demás.
- ¡ Mierda !- exclama Stanley
- ¿ Qué pasa, qué ocurre ?- dice alarmada
- No he traído preservativo
-¡ Stanley ! ¡ cómo has podido olvidarlo !
- Lo dejé encima de la cama cuando me mudé de ropa, y luego no me acordé de volverlo a coger. No te preocupes, nena, por una vez no pasa nada. Es muy difícil quedarse embarazada de una sola vez
Y se amaron desaforadamente durante toda la noche. Les despertó las primeras luces del día. Caminaban abrazados hasta llegar a su casa. Rezaba en su interior para que su madre estuviese aún dormida. Era la última vez que iban a estar juntos en mucho tiempo.
Stanley partió con su familia rumbo a California y ELLA solicitó trabajar en el bar de carretera que había cerca de su casa para ayudar en la economía familiar. Tendría el turno desde las dos de la tarde hasta las diez de la noche. De momento no la daban un gran sueldo, pero ayudaba a que el hogar funcionara mejor.
- Lizzy, estoy asustada. La regla no me ha bajado todavía. Dios mio no quiero ni pensarlo
- ¿ Cuánto retraso tienes?
- Más de diez días. Nunca me ha ocurrido esto. Estoy muerta de miedo. ¿ Qué puedo hacer?
- De momento compraremos un Predictor, y con arreglo a lo que veamos, pensaremos en algo.
Pero no tuvieron que pensar. Dio positivo.
- No puedo decírselo a mi madre. Me matará. Y Stanley no vendrá hasta últimos de Agosto o primeros de Septiembre. Lizzy ¿ qué voy hacer?
- ¿ Has pensado en... bueno... ya sabes?
- ¡Nooo !
- ¿ Vas a tenerlo, entonces?
- Quiero tenerlo. Estoy segura que él me ayudará. Me quiere y no me dejará sola.
- Ël te quiere, pero ¿ su familia?. Habéis sido muy inconscientes, debíais haberlo previsto
- Y lo hacíamos, menos esa noche que se le olvidó el condón
- ¡ Vaya, qué casualidad!
- Me dijo que por una vez no pasaba nada. Que se necesitaban más veces para quedarte encinta
- Es muy listo tu novio, y tu una tonta de remate. ¿ Te tragaste ese cuento? Hija mía sólo se necesitan cinco minutos y un hombre. Nada más
- Lizzy, no me digas eso, por favor
- Bueno anda. Vamos a la farmacia y después... tendrás que ir al médico... decidas lo que decidas.
Y decidió seguir adelante, pero no encontraba el momento de decírselo a su madre. Le aterrorizaba ese momento. esperaría a que regresase Stanley. Pero él se retrasaba, tanto... . Decidió quedarse a vivir en California con sus parientes. Le gustaba más ese clima que el frio de Detroit. Las chicas en biquini, en la playa... y poco a poco se fue olvidando de ELLA.
Su cuerpo iba cambiando y hasta su madre notó que estaba un poco más rellenita. Una mañana escuchó que estaba devolviendo y entonces algo la avisó de que las náuseas y el ensanchamiento de las caderas de su hija, sólo podía deberse a una cosa: estaba embarazada. Aguardó a que saliera del baño y sentada en una silla, la ordenó que hiciera lo mismo
- ¿ Qué has hecho, desgraciada?
- ¿ A qué viene eso, mamá?
- ¿ Crees que soy tonta? Vas a tener un niño ¿ verdad? ¿ Sabes al menos de quién es?
- ¡ Mamá !- estaba sin sangre en las venas. Su madre reaccionaba como había pensado
- ¿ Eh ? ¿ De quién es? ¿Del niño rico, ese ? Te lo avisé que en cuanto te hubiera sacado lo que quería, te daría la patada ¿ Dónde está ahora?
- Está fuera. Vendrá a finales de verano
- ¿ Y su familia ? Iremos hablar con ellos. Por amor de Dios, eres una niña. Si se desentienden, les pondremos una demanda por abuso de menor
- Mamá, no abusó de mi. Yo me entregué a él porque le amo con todas mis fuerzas, y voy a tener este niño porque es de él. No me dejará sola en esto. No tendrás que preocuparte. Seguro que busca trabajo y en cuanto podamos nos casamos
- Sigue durmiendo de ese lado. Ya le has visto el pelo, y si no , al tiempo. Ahora, te digo una cosa... Tendrás que ponerte a trabajar y un lugar donde vivir con tu hijo, porque aquí yo no quiero putas
- Mamá...-decía llorando- no soy ninguna puta. Sólo he estado con él... Por favor, no puedes echarme a la calle. Trabajaré, haré lo que sea, el bebé no te molestará, pero por favor... no tengo donde ir
- Pero no te importó entregarte a un hombre. Así que si has sido mayor para una cosa, serás mayor para todo. Tú verás lo que haces: o te deshaces de él o te vas de aquí.
Habló con el dueño de la cafetería y le pidió aumentase su turno de trabajo. Tal y como se lo había planteado su madre, pronto tendría que irse de casa. Su madre había fracasado en su vida y estaba amargada y notaba que no la tenía mucho cariño. Decidió hacer frente a la situación, pero no se desharía del niño.
La mujer del dueño del bar, notaba algo raro en la chica y una mañana decidió hablar con ella
- ELLA ¿ qué te ocurre? ¿ estás bien?
-Mary... tengo un problema
- Creo que lo imagino ¿ es relacionado con el chico con quién salías?
- Si
- ¡ Por Dios, ELLA! ¿ Y él?
-Esta fuera. Se lo diré cuando venga
- ¿ Has ido al médico?¿ de cuánto estás?
- De dos meses
- ¡ Eres una cria !
- Voy a cumplir los diecisiete dentro de unos días
- ¡ Diecisiete ! Tienes edad para jugar con muñecos, pero no de carne y hueso. ¿ Se lo has dicho a tu madre?
- Si y tengo que irme de casa. No me quiere ni a mi, ni al bebe. Por eso quiero trabajar más horas. Quiero ahorrar dinero, sé que tendré muchos gastos
-¡ Hija mía ! ¡ Si qué tienes un problema !
Y trabajó duramente. . Y supo que Stanley decidió ir a la universidad en California y no regresar a Detroit. ¿ Cómo podría hablar con él ? Decidió ir a su casa, con cualquier excusa, para que la facilitaran al menos un teléfono, para decírselo. Los padres estaban en California, por lo que habló con la sirvienta que la granjeó la entrada a la vivienda.
- Soy una compañera de Stanley del instituto. Se llevó unos apuntes y los necesito ¿Podría darme algún teléfono para hablar con él ?- le dijo a la sirvienta
- Claro, pasa . Voy a buscarlo
Y miraba el número escrito en el papel. Estaba segura que en cuanto lo supiera Stanley regresaría a su lado. Guardando la diferencia horaria, esperó el momento oportuno para llamarle
- Por favor, ¿está Stanley?
- Creo que si, que anda por el jardín ¿ quién le llama?
- Dígale que soy ELLA- y esperó un rato hasta que al fin alguien la contestó
- ELLA. Ha salido, lo siento
- No importa. Le llamaré más tarde. Gracias-. Y le llamó hasta tres veces, sin que Stanley se pusiera al teléfono.
Mary sentía compasión por la chica. La veía tan desamparada... Afeaba el proceder de la madre que la había dejado abandonada. Le acomodó un cuartito al lado de la gasolinera y allí se refugió.
Una mañana mientras trabajaba en la cafetería, alguien dio la terrible noticia : Stanley junto con sus padres, habían sufrido un terrible accidente en California, despeñándose el coche por una de las colinas y falleciendo los tres en el acto. La bandeja se le cayó de las manos ahogando un grito que hizo que todos los presentes volvieran la cabeza hasta ella. Pálida como una muerta, sacó fuerzas y se aproximó a la persona que dio la noticia
- ¿ Qué es lo que ha dicho?
- Que han tenido un accidente y se han matado
- ¿ Quién se lo ha dicho?
- Mi sobrino trabajaba para ellos. Le llamó el abogado para darle la noticia
- ¿ Seguro, no se confunde con otras personas?
- No, claro que no
Mary salió en su ayuda y la recogió a tiempo, antes de que cayera desmayada. Durante tres días estuvo llorando sin cesar, en cuanto se quedaba a solas en su cuartito.
Acudió a casa de su madre a verla, por ver si podría volver con ella. La encontró enfermiza, y llevaba unos días sin poder trabajar. El médico estaba con ella. Llamó aparte a ELLA y la dijo
- ELLA, tu madre está muy mal. No creo que viva mucho
A primeros de Diciembre de ese mismo año, moría y, ELLA, embarazada de más de cinco meses, fue detrás del coche fúnebre sin más compañía que su amiga Lizzy y su jefa Mary.
Fue un entierro triste. Los servicios sociales cubrieron los gastos. Pero ELLA lloró también la muerte de su madre, a pesar de que no fue buena con su hija. Pero la joven tenía un noble corazón.
Todas las fuerzas las depositó en aquel ser que crecía dentro de ella y que era lo más sagrado que le había dejado Stanley. Absolutamente sola se había quedado para enfrentarse al nacimiento de aquel niño.
Pensó mudarse a casa de su madre, pero al no trabajar, debía el alquiler y el casero quería vender la mísera casa, y por tanto había de abandonarla. Seguiría viviendo en aquel cuarto que la buena de Mary le había dejado.
Y llegó la hora... Y dio a luz en un ambulatorio de caridad que había instalado el médico en la pobre barriada
- ¡Ha sido niño, ELLA!- la dijeron su amiga Lizzy y Mary- ¡ Es precioso !
Apretaba al bebe contra su pecho. Era lo único que tenía y por él lucharía para sacarle adelante. Siguió trabajando en el bar. Seguía siendo bonita y muy joven, aunque las necesidades la habían madurado y parecía mayor de lo que en realidad era.
No se cuidaba lo suficiente. El niño necesitaba pañales, revisiones médicas, alimentación... y ella ganaba poco a pesar de trabajar todo lo que podía. En el registro le inscribió como Christian y era la alegría de su pobre, solitaria y triste vida.
Chris comenzaba a dar sus primeros pasos, necesitaba a alguien que cuidara de él mientras trabajaba. No paraba quieto y ella en el bar no podía estar al tanto. Debía tomar alguna resolución, procurar que el niño tuviera una vida mejor.
Una mañana el pequeño amaneció con fiebre. Llamó al médico y le dijo que tenía bronquitis: un gasto extraordinario para su pobre economía. Pidió un adelanto de su sueldo, a sabiendas que les faltaría para acabar el mes, pero lo importante era que Chris se pusiera bien. Tenía que comprar papilla para el niño y no tenía dinero. Habló con Mary y le dijo lo que la pasaba
- ELLA, no puedes seguir así. Cada vez pides más adelantos y cada vez tienes para menos. Nosotros no podemos pagarte más. Deberías buscarte otra cosa que os permitiera vivir más cómodamente.
Y buscó trabajo, pero los tiempos no eran fáciles. Encontró uno para servir copas en otro bar. Ganaba casi el doble que en el de Mary, porque llevaba comisión sobre la bebida que pudiera colocar a los clientes, pero también tenía que ser amable con ellos. De momento sólo amable. No se lo pensó dos veces. Estaba en el centro de Detroit. Alquiló una habitación y buscó guardería para el pequeño.
Todo parecía que su vida iba encauzándose. Estaba feliz porque su hijo era feliz, y parecía que todo comenzaba a marchar bien..
Una tarde entró en el bar, un hombre bastante mayor que ella, aunque aún joven. Atractivo y que desde el primer momento se fijó en la chica nueva
- ¿ De dónde has sacado ese bombón?- le dijo al encargado de la barra
- Es nueva. Lleva con nosotros poco más de un mes
- Tienes que presentármela
- Patrick, no es de esas. Es una chica formal. Además tiene un niño. No creo que tengas nada que hacer
- Tú preséntamela
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