- Anda, hazme ese favor. Preséntamela. Dime al menos como se llama
- Su nombre es ELLA, pero aquí la llamamos Eli
- Bien. Llámala
El encargado de la barra, se dirigió a ELLA, y en voz baja la dijo:
- Oye, Eli, ¿ ves aquél hombre que está en el extremo? Quiere conocerte, y tiene dinerito. Así que ahí puedes sacarte una buena comisión
- De acuerdo, Peter. Pero sin alternes ¿ eh?
- Eso ya es cuenta tuya. Yo no desaprovecharía la ocasión
ELLA se dirigíó hasta donde estaba Patrick
- ¿ Quería verme, señor?
- ¿ Eres Eli? Si ese es tu nombre, pues si, quería verte
- Bien... Pues usted dirá
- Tómate una copa conmigo y charlaremos durante un ratito
-Perdone, no me está permitido alternar con los clientes
- ¿ Y cuando salgas?
- Lo siento, tampoco. Tengo un hijo pequeño y he de cuidarle
- Que lo cuide tu marido ¿ no ?
- No, señor. No tengo marido
- ¡ Vaya ! si que lo pones difícil. Está bien ¿ vas a comisión?
- Si señor
- Bueno, pues ponme una copa
Patrick acudía al local casi todos los días. Se había encaprichado de la muchacha y no pararía hasta salir con ella.
Y por fin un día lo consiguió. Fue en su día libre y lo hizo acompañada de su hijo, cosa que no agradó a Patrick, pero tendría que transigir si quería "algo" con ella.
Una tarde la propuso ir a su apartamento. Tener una cena íntima
- Llevamos mucho tiempo saliendo, es hora de que nos conozcamos mejor
- Patrick, has sido amable conmigo y con mi hijo, pero creo que no sería buena idea. No nos conocemos. No sabemos nada el uno el otro
- Yo sé cómo eres, no necesito saber nada. Me gustas lo sabes y pienso que podríamos vivir juntos y probar cómo nos va. Tendrías una casa, atenderías a tu hijo y nada de servir copas en ningún sitio. Te quiero para mi solo
ELLA no supo qué decir. Era una tentación, porque sabía que tarde o temprano en el bar la pedirían alternar con los clientes, y Patrick era atractivo y parecía tener gran interés con ella.
Aquél día cuando Chris dormía, la llevó hasta su habitación e hicieron el amor. Hasta su mente llegó el recuerdo de Stanley. Cerró los ojos y no pensó más en él. Patrick podría proporcionarla un bienestar para ella y para su hijo. Eso era lo más importante.
- Toma, da una calada- la dijo Patrick al terminar
- Patrick, yo no fumo
- Pruébalo. Comprobarás lo bien que te sientes y el placer que sentirás después... cuando volvamos a hacer el amor, de nuevo
Y lo probó. Y comprobó que efectivamente sentía algo especial, como si flotara en una nube y su placer fue mayor cuando se unieron sus cuerpos.
Y decidió irse a vivir con él y dejar el bar.
Durante un tiempo, todo fue muy bien. Patrick parecía amarla, sobre todo al regreso de sus ausencias de casa, cada vez más prolongadas. Ella se mostraba cariñosa y él cada vez la pedía más... más afecto, más sexo.. y más novedades... Y para todo ello siempre la daba ese cigarrillo especial con el que conseguía todo lo que el hombre la exigía. Pero cada vez deseaba "fumar" con más frecuencia, y entonces Patrick la propuso "algo" más efectivo. Asi comenzaron las inyecciones "estimulantes". Cuando Patrick no estaba en casa, se pasaba el tiempo durmiendo, mientras el niño lloraba al no recibir su alimentación en horario que le correspondía.
Patrick se fue distanciando y cada vez espaciaba más sus visitas. Ella no era atractiva para él. No era participativa como antes, y poco a poco dejó de acudir a esa casa que había compartido con ella. Pero los gastos se acumulaban y no tenía ingresos. Cada vez su cuerpo la pedía algo estimulante y decidió, volver de nuevo al bar por si volvían a admitirla. Su aspecto físico se había deteriorado y las condiciones de su trabajo habían sido modificadas: tendría que alternar con los clientes. No tenía otra alternativa, así que decidió transigir con esa cláusula de su contrato.
Comenzó a alternar y a necesitar más ingresos para las necesidades del niño, y las suyas propias, y se prostituyó. Solía tener algún cliente fijo, pero había uno que la solicitaba tres veces por semana, pero la pagaba lo justo, y el resto se lo compensaba de otra manera, cumpliendo con las necesidades de droga que su organismo reclamaba.
Cuando estaba despierta, jugaba con el niño. El era el encargado de secarla el cabello cuando se lavaba la cabeza, y después cepillaba su melena oscura. Se sentaban en una silla y así podían pasar largo rato, hasta que necesitaba tomar su dosis. Entonces Chris sabía que su mamá necesitaba dormir para luego ir a trabajar. Se tumbaba a su lado y esperaba a que ella se despabilara.
Algunas veces venía el Hombre Bruto que la despertaba agitándola bruscamente o la metía en la ducha con agua fría para que se despabilara. Chris salía en su defensa, pero a cambio recibía una patada, ó cuando no, un par de latigazos con el cinturón de ese hombre. Después ese hombre, se echaba encima de su madre y emitía unos ruidos extraños que a él le asustaban, y el niño, se metía debajo de la cama.
Mientras el Hombre Bruto dormía en la cama de su mamá, el niño salía de su escondite y entonces mamá le daba algo de comer. Algunas veces el Hombre Bruto se despertaba de malhumor y pegaba a su madre. El niño lloraba y le daba patadas, entonces se quitaba el cigarro de la boca y lo arrimaba a su pecho y allí lo apagaba ante los gritos del niño y la indiferencia de la madre.
El hombre bruto entraba y salía de casa cada vez que quería, y los insultos y las palizas eran cada vez más frecuentes. Cuando se iba, ELLA lloraba sin parar, y Chris se acercaba y acariciaba su hermoso cabello. Hacía que se tumbara en la cama y durmiera.
-Chris, cariño, cuando me levante haremos un pastel¿vale?
- Si mami, de chocolate
- Muy bien. Lo haremos de chocolate, y pondremos cuatro velitas. Mañana es tu cumpleaños. Mi hombrecito, ya tiene cuatro
- Mami ¿ y podremos ir a comer una hamburguesa?
-Si cariño, iremos
Después se quedaba dormida. Cuando se despertaba al cabo de unas horas., en las que el niño se entretenía con cualquier juguete, sentaba a Chris en la mesa de la cocina y amasaban el bizcocho para el pastel. Su madre le untaba de harina la punta de la nariz y ambos reian felices, hasta que cualquier ruido les sobresaltaba y entonces el niño desaparecía de la cocina. Había llegado el Hombre Bruto. Cogía a su madre de un brazo de mala manera y la arrastraba hasta el dormitorio.
La mañana del cumpleaños del niño, salieron muy pronto de casa por si iba el Hombre Bruto que no les pillara allí. Irían a comer una hamburguesa, y ese día no dormiría.
- Mami, ¿no tienes sueño?
- Si Chris, mucho, pero hoy es tu cumpleaños y vamos a celebrarlo.
Deambularon todo el día por las calles y en los parques. No irían a casa, en ese día tan especial, hasta que no se hiciera de noche para no ver al Hombre Bruto. Rendidos de tanto andar, se encaminaron a casa. Cuando llegaron el Hombre Bruto les estaba esperando.
Apartó de un empujón al niño, y la madre se avanzó sobre él para evitar que le pegara, pero su furia se acrecentó. Se quitó el cinturón y la emprendió a latigazos con los dos. Cuando se cansó llevó a la madre al dormitorio y la poseyó brutalmente, y cuando ella no le complacía la dedicaba una serie de bofetadas. Después saciado de la posesión se sentaba en el salón, en donde el niño asustado no se atrevía a moverse. Le llamaba para que acudiera a su lado. Chris por temor acudía y allí le desabrochaba la camisita y apagaba su cigarrillo de nuevo en el pechito infantil.
A la semana de haber sido su cumpleaños, Chris se rebulló en la cama. mami tenía frio. Estaba destapada y no se movía. Se levantó y subió la manta para arroparla y el niño se arrebujó junto a ella para darse calor mutuamente
- Mami, tengo hambre y frio. Despiértate, quiero desayunar
Pero la madre no se movió, se levantó y comprobó que no había nada en la nevera, ni siquiera un vaso de leche. Decidió esperar, y esperó, esperó...hasta quedarse dormido al lado de la cama en donde su madre permanecía. Un brazo la colgaba fuera , y suavemente rozó los dedos rígidos y frios, muy frios
- Mami tengo hambre-sollozaba
Se despertó bruscamente cuando oyó un ruido en el salón: el Hombre Bruto había llegado. Se metió rápidamente debajo de la cama. Si le viera le volvería a pegar o a pagar la lumbre en su pecho. Se hizo un ovillo " así no me verá", pensó
- Eh, puta., despierta y tráeme una cerveza. ¿ Has oído ?
Pero seguía sin moverse en la misma posición. La dio un empujón y comprobó su frialdad y la rigidez de su cuerpo. La miró el rostro que aún guardaba las señales de la última paliza y con un gesto de asco, salió dando un portazo.
Chris esperó durante largo rato, por si volvía y por cansancio e inanición se quedó dormido debajo de la cama. Sonidos de ambulancias y de policía. Le llevaron a los servicios sociales y a su mama no sabía a dónde. ELLA, fue llevada al Instituto Forense y allí la practicaron la autopsia. Diagnóstico: muerte por sobredosis
En un furgón fue llevado su cuerpo hasta el cementerio de la ciudad, y en una tumba solitaria fue depositado su cuerpo. Nadie la acompañó. Nadie salvo su pequeño hijo, lloró su ausencia. La parroquia a la que pertenecía, la hizo una placa en la que podía leerse:
ELLA nació en Detroit en 1965
Falleció en Detroit en 1983
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