Ocurrió una vez: ELLA - Capítulo 2º / ¡ Estoy embarazada ! ( 1996Crosafermu )


Cada fin de semana , acudían al motel a liberar su amor. Estaban tranquilos, Stanley era precavido. No había peligro.




Los meses fueron pasando, y se acercaba el final del curso.  La familia de Stanley iría de vacaciones a California, en donde tenían familia. ELLA, sin embargo se quedaría en Detroit. Se buscaría un trabajo durante el verano para ayudar en casa.

Ambos estaban tristes ante la inminente separación. Stanley había tenido una buena bronca en casa: no quería irse, pero el padre, enérgicamente, había impuesto su criterio.

- Mamá ¿ podrías arreglarme algún vestido que sirviera para la fiesta de fin de curso?
-¿ De dónde voy a sacar el tiempo ? Hazlo tú, yo no puedo. Con la falda negra y una blusa, irás bien.  Todo el mundo sabe que somos pobres y no podemos hacer el gasto de un vestido nuevo
- Está bien , mamá, no te preocupes.

Se dirigió a casa  de su amiga Lizzy,  a ver si ella pudiera prestarle algo

- Ven, vamos a mi cuarto. Algo encontraremos

Y llegó el tan ansiado día de la fiesta de fin de curso. Y llevó el vestido que la prestó su amiga Lizzy. Y su madre la dio permiso pasa que fuera más tarde... Era un día perfecto

- Estás preciosa, nena-la decía Stanley

El llevaba un traje oscuro y pajarita, muy elegante. Para ELLA era el chico más guapo del mundo.  Acudieron juntos al baile, bailaron sin parar, y a escondidas, él llevó una petaca de whisky, que bebían cuando nadie les observaba.




- Vámonos- la dijo tirando de ella
-¿Dónde vamos?
- Vamos al motel. No me apetece bailar más. Quiero estar contigo. Dentro de tres días nos iremos y vamos a estar mucho tiempo sin vernos. Yo te quiero y,  te necesito
- Stanley, no podemos irnos, es la fiesta de fin de curso
-Podemos hacer lo que queramos, y yo estoy harto de esta musiquilla de críos
- Pero es que¡ somos unos críos!- dijo la chica
- Yo no. Dentro de dos meses cumplo los dieciocho.  Seré mayor de edad.

La hizo una caricia en la mejilla, la besó en los labios y en unos minutos estaban camino del motel.  El alcohol ingerido, las hormonas juveniles, y su propio amor hizo todo lo demás.

- ¡ Mierda !-  exclama Stanley
- ¿ Qué pasa, qué ocurre ?- dice alarmada
- No he traído preservativo
-¡ Stanley ! ¡ cómo has podido olvidarlo !
- Lo dejé encima de la cama cuando me mudé de ropa, y luego no me acordé de volverlo a coger.  No te preocupes, nena, por una vez no pasa nada. Es muy difícil quedarse embarazada de una sola vez



Y se amaron desaforadamente durante toda la noche. Les despertó las primeras luces del día. Caminaban abrazados hasta llegar a su casa.  Rezaba en su interior para que su madre estuviese aún dormida.  Era la última vez que iban a estar juntos en mucho tiempo.

Stanley partió con su familia rumbo a California y ELLA solicitó trabajar en el bar de carretera que había cerca de su casa para ayudar en la economía familiar.  Tendría el turno desde las dos de la tarde hasta las diez de la noche. De momento no la daban un gran sueldo, pero ayudaba a que el hogar funcionara mejor.

- Lizzy, estoy asustada. La regla no me ha bajado todavía. Dios mio no quiero ni pensarlo
- ¿ Cuánto retraso tienes?
- Más de diez días. Nunca me ha ocurrido esto. Estoy muerta de miedo. ¿ Qué puedo hacer?
- De momento compraremos un Predictor, y con arreglo a lo que veamos, pensaremos en algo.

Pero no tuvieron que pensar. Dio positivo.



- No puedo decírselo a mi madre. Me matará. Y Stanley no vendrá hasta últimos de Agosto o primeros de Septiembre. Lizzy ¿ qué voy hacer?
- ¿ Has pensado en... bueno... ya sabes?
- ¡Nooo !
- ¿ Vas a tenerlo, entonces?
- Quiero tenerlo. Estoy segura que él me ayudará. Me quiere y no me dejará sola.
- Ël te quiere, pero ¿ su familia?.  Habéis sido muy inconscientes, debíais haberlo previsto
- Y lo hacíamos, menos esa noche que se le olvidó el condón
- ¡ Vaya, qué casualidad!
- Me dijo que por una vez no pasaba nada. Que se necesitaban más veces para quedarte encinta
- Es muy listo tu novio, y tu una tonta de remate. ¿ Te tragaste ese cuento? Hija mía sólo se necesitan cinco minutos y un hombre. Nada más
- Lizzy, no me digas eso, por favor
- Bueno anda. Vamos a la farmacia y después... tendrás que ir al médico... decidas lo que decidas.

Y decidió seguir adelante, pero no encontraba el momento de decírselo a su madre. Le aterrorizaba ese momento.  esperaría a que regresase Stanley.  Pero él se retrasaba, tanto... .  Decidió quedarse a vivir en California con sus parientes.  Le gustaba más ese clima que el frio de Detroit.  Las chicas en biquini,  en la playa... y poco a poco se fue olvidando de ELLA.

Su cuerpo iba cambiando y hasta su madre notó que estaba un poco más rellenita.  Una mañana escuchó que estaba devolviendo y entonces algo la avisó de que las náuseas y el ensanchamiento de las caderas de su hija, sólo podía deberse a una cosa: estaba embarazada.  Aguardó a que saliera del baño y sentada en una silla, la ordenó que hiciera lo mismo

- ¿ Qué has hecho, desgraciada?
- ¿ A qué viene eso, mamá?
- ¿ Crees que soy tonta? Vas a tener un niño ¿ verdad? ¿ Sabes al menos de quién es?
- ¡ Mamá !- estaba sin sangre en las venas. Su madre reaccionaba como había pensado
- ¿ Eh ? ¿ De quién es? ¿Del niño rico,  ese ? Te lo avisé que en cuanto te hubiera sacado lo que quería, te daría la patada ¿ Dónde está ahora?
- Está fuera. Vendrá a finales de verano
- ¿ Y su familia ? Iremos hablar con ellos. Por amor de Dios, eres una niña. Si se desentienden, les pondremos una demanda por abuso de menor
- Mamá, no abusó de mi. Yo me entregué a él porque le amo con todas mis fuerzas, y voy a tener este niño porque es de él.  No me dejará sola en esto. No tendrás que preocuparte. Seguro que busca trabajo y en cuanto podamos nos casamos
- Sigue durmiendo de ese lado. Ya le has visto el pelo, y si no , al tiempo. Ahora,  te digo una cosa...   Tendrás que ponerte a trabajar y un lugar donde vivir con tu hijo, porque aquí yo no quiero putas
- Mamá...-decía llorando- no soy ninguna puta. Sólo he estado con él... Por favor, no puedes echarme a la calle. Trabajaré,  haré lo que sea, el bebé no te molestará, pero por favor... no tengo donde ir
- Pero no te importó entregarte a un hombre. Así que si has sido mayor para una cosa, serás mayor para todo. Tú verás lo que haces: o te deshaces de él o te vas de aquí.



Habló con el dueño de la cafetería y le pidió aumentase su turno de trabajo. Tal y como se lo había planteado su madre, pronto tendría que irse de casa.  Su madre había fracasado en su vida y estaba amargada y notaba que no la tenía mucho cariño.  Decidió hacer frente a la situación, pero no se desharía del niño.

 La mujer del dueño del bar, notaba algo raro en la chica y una mañana decidió hablar con ella

- ELLA ¿ qué te ocurre? ¿ estás bien?
-Mary...  tengo un problema
- Creo que lo imagino ¿ es relacionado con el chico con quién salías?
- Si
- ¡ Por Dios, ELLA! ¿ Y él?
-Esta fuera. Se lo diré cuando venga
- ¿ Has ido al médico?¿ de cuánto estás?
- De dos meses
- ¡ Eres una cria !
- Voy a cumplir los diecisiete dentro de unos días
- ¡ Diecisiete ! Tienes edad para jugar con muñecos, pero no de carne y hueso. ¿ Se lo has dicho a tu madre?
- Si y tengo que irme de casa. No me quiere ni a mi,  ni al bebe. Por eso quiero trabajar más horas. Quiero ahorrar dinero, sé que tendré muchos gastos
-¡ Hija mía ! ¡ Si qué tienes un problema !

Y trabajó duramente. . Y supo que Stanley decidió ir a la universidad en California y no regresar  a Detroit. ¿ Cómo podría hablar con él ?  Decidió ir a su casa,  con cualquier excusa,  para que la facilitaran al menos un teléfono,  para decírselo. Los padres estaban en California, por lo que habló con la sirvienta que la granjeó la entrada a la vivienda.

- Soy una compañera de Stanley del instituto. Se llevó unos apuntes y los necesito  ¿Podría darme algún teléfono para hablar con él ?- le dijo a la sirvienta
- Claro, pasa .  Voy a buscarlo

Y miraba el número escrito en el papel. Estaba segura que en cuanto lo supiera Stanley regresaría a su lado.  Guardando la diferencia horaria, esperó el momento oportuno para llamarle

- Por favor, ¿está Stanley?
- Creo que si, que anda por el jardín ¿ quién le llama?
- Dígale que soy ELLA- y esperó un rato hasta que al fin alguien la contestó
- ELLA. Ha salido, lo siento
- No importa.  Le llamaré más tarde. Gracias-.  Y le llamó hasta tres veces, sin que Stanley se pusiera al teléfono.

 Mary sentía compasión por la chica. La veía tan desamparada... Afeaba el proceder de la madre que la había dejado abandonada. Le acomodó un cuartito al lado de la gasolinera y allí se refugió.

Una mañana mientras trabajaba en la cafetería, alguien dio la terrible noticia : Stanley junto con sus padres, habían sufrido un terrible accidente en California, despeñándose el coche por una de las colinas y falleciendo los tres en el acto.  La bandeja se le cayó de las manos ahogando un grito que hizo que todos los presentes volvieran la cabeza hasta ella.  Pálida como una muerta, sacó fuerzas y se aproximó a la persona que dio la noticia

- ¿ Qué es lo que ha dicho?
- Que han tenido un accidente y se han matado
- ¿ Quién se lo ha dicho?
- Mi sobrino trabajaba para ellos. Le llamó el abogado para darle  la noticia
- ¿ Seguro, no se confunde con otras personas?
- No, claro que no

Mary salió en su ayuda y la recogió a tiempo,  antes de que cayera desmayada. Durante tres días estuvo llorando sin cesar,  en cuanto se quedaba a solas en su cuartito.


 Acudió a casa de su madre a verla, por ver si podría volver con ella.  La encontró enfermiza, y llevaba unos días sin poder trabajar.   El médico estaba con ella. Llamó aparte a ELLA y la dijo

- ELLA, tu madre está muy mal.  No creo que viva mucho

A primeros de Diciembre de ese mismo año, moría y,  ELLA, embarazada de  más de cinco meses, fue detrás del coche fúnebre sin más compañía que su amiga Lizzy y su jefa Mary. 

Fue un entierro triste. Los servicios sociales cubrieron los gastos.  Pero  ELLA lloró también la muerte de su madre, a pesar de que no fue buena con su hija.  Pero la joven tenía un noble corazón.

 Todas las fuerzas las depositó en aquel ser que crecía dentro de ella y que era lo más sagrado que le había dejado Stanley. Absolutamente sola se había quedado para enfrentarse al nacimiento de aquel niño. 

Pensó mudarse a casa de su madre, pero al no trabajar, debía el alquiler y el casero quería vender la mísera casa,  y por tanto había de abandonarla.  Seguiría viviendo en aquel cuarto que la buena de Mary le había dejado.

Y llegó la hora... Y dio a luz en un ambulatorio de caridad que había instalado el médico en la pobre barriada

- ¡Ha sido niño, ELLA!- la dijeron su amiga Lizzy y Mary- ¡ Es precioso !

Apretaba al bebe contra su pecho.  Era lo único que tenía y por él lucharía para sacarle adelante.  Siguió trabajando en el bar.  Seguía siendo bonita y muy joven, aunque las necesidades la habían madurado y parecía mayor de lo que en realidad  era.



No se cuidaba lo suficiente.  El niño necesitaba pañales, revisiones médicas, alimentación... y ella ganaba poco a pesar de trabajar todo lo que podía.  En el registro le inscribió como Christian y era la alegría de su pobre, solitaria y triste vida.

Chris comenzaba a dar sus primeros pasos, necesitaba a alguien que cuidara de él mientras trabajaba. No paraba quieto y ella en el bar no podía estar al tanto.  Debía tomar alguna resolución, procurar que el niño tuviera una vida mejor. 

Una mañana el pequeño amaneció con fiebre. Llamó al médico y le dijo que tenía bronquitis: un gasto extraordinario para su pobre economía.  Pidió un adelanto de su sueldo, a sabiendas que les faltaría para acabar el mes, pero lo importante era que Chris se pusiera bien.  Tenía que comprar papilla para el niño y no tenía dinero. Habló con Mary y le dijo lo que la pasaba

- ELLA, no puedes seguir así.  Cada vez pides más adelantos y cada vez tienes para menos.  Nosotros no podemos pagarte más. Deberías buscarte otra cosa que  os permitiera vivir más cómodamente.

Y buscó trabajo, pero los tiempos no eran fáciles.  Encontró uno para servir copas en otro bar. Ganaba casi el doble que en el de Mary, porque llevaba comisión sobre la bebida que pudiera colocar a los clientes, pero también tenía que ser amable con ellos.  De momento sólo amable.  No se lo pensó dos veces.  Estaba en el centro de Detroit. Alquiló una habitación y buscó guardería para el pequeño.



Todo parecía que su vida iba encauzándose. Estaba feliz porque su hijo era feliz, y parecía que todo comenzaba a marchar bien.. 

Una tarde entró en el bar, un hombre bastante mayor que ella, aunque aún joven. Atractivo y que desde el primer momento se fijó en la chica nueva

- ¿ De dónde has sacado ese bombón?- le dijo al encargado de la barra
- Es nueva. Lleva con nosotros poco más de un mes
- Tienes que presentármela
- Patrick, no es de esas. Es una chica formal. Además tiene un niño. No creo que tengas nada que hacer
- Tú preséntamela


 
 

Ocurrió una vez- ELLA - Capítulo 1º / En el instituto (1996Crosafermu)


Stanley
. Estaba dos clases más atrás que él.  De larga melena oscura y unos impresionantes ojos grises  No era muy alta, y quizá más delgada de lo normal.  Vestía con ropa barata, ajada, y hasta quizá una talla mayor que la correspondiera . Algo perdida de color por tantos lavados.

 Buscaba  sitio en alguna mesa del comedor estudiantil. Su menú era muy frugal: un sándwich y una manzana. El presupuesto no daba para más.

- Eh, chica... Aquí tienes sitio

Giró la cabeza en la dirección de donde provenía la voz, y un rubor cubrió su infantil cara de dieciséis años. Era su chico preferido quién la llamaba.  Tímidamente se aproximó. Stanley sonreía sabedor de la atracción que ella sentía por él.

- Gracias por el sitio. Se me ha hecho tarde... pensaba comer en el jardín
- ¡ Oh ! no te preocupes. Puedo guardarte sitio todos los días- la dijo Stanley
- Eso sería estupendo, gracias.
- ¿ Cómo te llamas? - le pregunta él
- ELLA- responde
- ¡ Qué nombre tan extraño !...,   pero me gusta.  Yo soy Stanley



Le caía bien esa chica. Era tímida, pero cuando sonreía unos preciosos hoyuelos se marcaban en sus mejillas, Pero sus ojos, eran lo que más llamaba su atención. Eran extraños de un color poco frecuente, de un gris hermoso. Eran grandes y profundos.

Entre los chicos compañeros de Stanley, comenzaron a  hacer apuestas sobre ella y él. Era vox populi entre ellos que la chica nueva,  estaba coladita por sus huesos.

- Seguro que te la ligas de inmediato- decía Peter, su mejor amigo
- Ni hablar, es una estrecha- aseguraba Bill

Stanley callaba. Día a día, a medida que la iba conociendo, se iba sintiendo atraído por ella. Le gustaba mucho. Era sencilla y simpática, aunque muy tímida.

Un sábado por la tarde la invitó al cine, y allí en la oscuridad de la sala, la besó por primera vez.  Tenía unos labios suaves e inocentes.  A la salida, ella no le miraba a la cara. El,  extrañado,   la dijo

-  Qué ocurre ¿ te ha molestado que te besara? ¿ Por qué no me miras?
- Es que... es la primera vez que un chico me besa y me da vergüenza. Lo siento
- No lo sientas. A mi me gusta haber sido el primero

La toma de la mano. Está muy nerviosa,   tanto,  que hasta tiembla. Stanley la besa en el dorso y suavemente comienza a acariciar sus nudillos , con su dedo pulgar.



La madre de ELLA trabajaba en la fábrica de automóviles Chrysler de encargada del comedor de los obreros. Se ocupaba en servirles la comida y recoger después los platos.  Para sacarse algo más de dinero limpiaba los servicios.  Eran tiempos difíciles.  Trabajaba mucho y ganaba poco.  Se había quedado viuda cuando la niña contaba a penas dos años de edad.  Su marido murió de cirrosis por exceso en la bebida. Y ella se quedó totalmente desamparada, sin dinero y con una hija de la que ocuparse. Mientras  estaba en la fábrica, una vecina cuidaba de la niña, a cambio de unos pocos dólares.

En cambio la familia de Stanley, tenia una situación económica holgada. No eran ricos, pero si vivían desahogadamente.

La muchacha, tenía las mismas ilusiones que cualquier chica de su edad, sólo que ella nunca disponía de dinero ni siquiera para tomarse una Coca Cola en el bar de la gasolinera.   Desde el primer día de clase se fijó en Stanley, pero él ni siquiera la prestaba atención. Hasta aquel día,  en que la llamó para compartir la mesa del comedor. A partir de entonces procuraban coincidir a la salida de clase, y caminaban hasta la parada  del autobús que tomaba ELLA para llegar a casa, que estaba situada en un suburbio de la ciudad.

De vez en cuando, los fines de semana, tomaban algo en alguna hamburguesería o iban al cine.  Así estuvieron durante unos meses.  La atracción entre ellos aumentaba.  Ella se había enamorado perdidamente de Stanley. Él era su primer amor, su despertar de la adolescencia.   Los besos se hicieron más frecuentes y más intensos.  Cada vez que el muchacho la abrazaba, sentía algo muy especial, como si el estómago se le retorciera.

Fue una tarde  de sábado cuando Stanley la propuso ir a algún lugar en donde pudieran abrazarse y besarse sin llamar la atención

- No sé... no creo que esté bien. ¿ Dónde vamos a ir ?-le decía ELLA
- Podemos ir a un motel.  Allí no nos molestará nadie
- No nos dejarán estar. Somos muy jóvenes
- Yo tengo casi dieciocho años, y tú aparentas también más edad.  No te preocupes, sé de un lugar en el que no nos pedirán el carnet de identidad ¿ Quieres venir ?
-Vale... pero sólo besarnos
- De acuerdo, nena. Sólo besarnos

Instintivamente, él toco un paquetito pequeño que llevaba en el bolsillo de su pantalón, y sonrió

- ¿ De qué te ríes?
- De nada. Me gusta que hayas aceptado.

Mientras esperaba fuera, él se acercó a solicitar la habitación.  Como pensaba, nadie hizo preguntas

- ¿ Por qué sabias que no nos pedirían la edad?- le dijo inocentemente la chica
-Lo sé
- ¿ Has venido más veces ¿ verdad?
- Nena... en ocasiones los hombres tenemos necesidades
- Ah, ya ...- y no dijo más comprendiendo lo que quería decir.

Se encontraron en medio de la habitación. La  timidez de la chica, cortaba un poco a Stanley, pero sabía que le quería y era correspondida por él.  Se acercó y la dio un beso suave en los labios, al que ella correspondió, y entonces la pasión que ambos sentían rompió todas las barreras.  Ella se abandonó y él aprovechó el momento. Sacó del bolsillo del pantalón un paquetito pequeño, que se puso rápidamente. Había conquistado a una chica virgen e inocente que confiaba en él, y que además era correspondida con intensidad.  Permanecieron acostados con las manos enlazadas. Estaban tumbados de lado, mirándose a los ojos. En los ojos grises de la chica, había una luz especial. Acariciaba la cara del chico y él besaba su frente  y su mejilla con la punta de su nariz.


¡-Oh Dios mío, ¡qué tarde es !-mira alarmada su reloj- Mi madre ya debe estar en casa. Me va a caer una buena

Ambos se visten rápidamente y salen disparados del motel.

- Ha sido increíble ELLA. Te quiero
- Yo también Stanley, eres muy importante para mi. Adiós

Se dieron un beso y entró en su casa bajo la atenta mirada de él.  Estaba pletórico.  Se querían.

- ¿ Te parece que estas son horas de venir?- la increpaba la madre- No te voy a permitir que seas una golfa, porque a estas horas ninguna chica decente anda por ahí suelta
- Mamá, son solo las once
- Tenías que haber llegado hace una hora. Y digo yo, que bien podías ayudarme un poco. Me deslomo a trabajar para que tu puedas comer, y tú por ahí divirtiéndote ¿ con quién? Con alguno que quiera un sobeteo, seguro
- Mamá eso no es cierto. El me quiere
- Ah ¿ con qué tienes novio?
- Novio, lo que se dice novio... pues no. Acabamos de empezar a salir. Es del Instituto
- No me digas más. Algún niño rico que quiere reírse de ti, porque ya me dirás qué te ha visto
- Le gusto mamá, tal como soy
- O eso es lo que te ha dicho.  Cuando haya conseguido lo que busca te dará la patada. Así que ándate con ojo y ten cuidado

Ella no quiso cenar, no tenía apetito y estaba ansiosa por poder estar en su habitación y revivir todo lo que había sucedido en la habitación de aquel motel,  que ni siquiera sabía que existía.  Había sido su primera vez.  Había entregado a Stanley su inocencia, y él la había amado con la misma intensidad

Las palabras de su madre, resonaban en su cabeza: " él me quiere, no es así. Me querrá siempre".

Stanley

Ella

Ocurrió una vez - ELLA / Prólogo, continuación ( 1996Crosafermu)

Continuación....



De pie, uno junto al otro,  enlazaban sus manos para infundirse valor mutuamente.  Había conseguido llevarle hasta allí, aunque llevaba algunos años intentándolo, y él , rechazándolo.  Pero ahora estaban frente a la losa que simplemente decía un nombre y unas fechas algo borrosas.

                                                     ELLA
                                               Nacida en Detroit en 1965
                                               Fallecida en Detroit en 1987

Nada más...,  escuetamente. Averiguaron que fue enterrada por los servicios sociales, al no contar con familiares cercanos, ó  desconocidos.

El hombre permanecía en silencio, con la mirada fija en aquellas líneas, pensando lo que todo aquello encerraba de doloroso. La mujer apoyaba su cabeza en el hombro y,  él la atrajo hacía si,  abrazándola

- Vámonos- decía a la mujer-.   Nunca debimos venir
- Es triste, pero  teníamos que hacerlo. Ella vivió su propio infierno y es hora de que la perdones.  Ahora sabes el valor de ser padre y para ella no debió ser fácil recorrer ese camino, sola, sin tener siquiera un rincón en el que refugiarse.  No puedes ser tan cruel. Es hora de pasar página definitivamente, pero no lo conseguirás si sigues guardando en tu interior  rencor hacia ella.

El hombre se giró hacia su mujer y la abrazo sin poder remediar un profundo sollozo que atenazó su garganta. Se arrodilló, sin importarle la fría nieve que había en el suelo.  Ella también lo hizo; no le dejaría solo.  El lloraba, lloraba sin poder parar. Cubrió su cara con las manos y así permanecieron largo rato.  Cuando se calmó un poco, levantó la cabeza y miró a su mujer, con  infinita tristeza . Como suplicando..., como si ella pudiera aplacar el dolor  que sentía

 
 

- ¿ Quieres que te deje solo?
- No, por favor. Permanece a mi lado,  porque sin tu presencia no hubiera sido capaz de estar aquí. Ni siquiera la he traído unas flores...  Seguramente nunca las habrá tenido...
- No te atormentes. Si ella pudiera verte, no la importaría. Tú eres quién importa..., tu presencia aquí. Sabía que la querías, y la cuidabas... ¡ Eras tan pequeño !

Un grito desgarrador salió de los más profundo de su garganta pronunciando su nombre;  Ella, Ella,  ¿por qué ?

- Cielo, la vida te presenta,  a veces, cosas  que no puedes controlar y seguro que a ella le ocurrió algo para que su destino fuera tan solitario y tan triste. Salgamos de aquí

Tirando del brazo de su marido, le ayudó a levantarse.  Cuando ya se alejaban, él volvió la cabeza y con su mano enfundada en el guante, tiró un beso al aire en dirección a la tumba que guardaba los secretos y amarguras de ELLA.

Anduvieron el largo camino que les conduciría hasta la salida.  Iban muy juntos, como para darse calor mutuamente.  El la enlazó por la cintura  para que no se resbalara con la nieve, Allí tomaron un taxi que les condujo hasta el hotel. Tomarían el avión a la mañana siguiente que les llevaría de regreso a su casa, a Seattle.

 
 

Ya en la habitación, llamaron a sus hijos, que extrañaban más que nunca.  Necesitaban escuchar sus vocecitas de niños pequeños.

Tenían dos hijos:  un chico,  Teddy  de cuatro años de edad, y una niña,  Phoebe., de algo menos  de dos.  Se habían quedado con la abuela paterna, encantada por ora parte, de tener a sus nietos.

A su llegada al hotel, en recepción, les dieron  un sobre grande , de color marrón, que habían dejado para que les fuera entregado a su llegada..  El lo depositó encima de la cama

- ¿ No vas abrirlo? - le dijo ella
- No, nena.  Sé lo que dice,  y no me encuentro con ánimo de hacerlo ahora. Ya lo abriré.

La visita al cementerio, había sensibilizado al matrimonio.  El estaba pensativo y,  ella no sabía cómo hacer para levantar su ánimo.  Las calles no estaban en situación de pasear, no obstante le prepuso, para pasar las horas, acudir a unos grandes almacenes a comprar algún regalo para los niños. El aceptó. Necesitaba distraer sus pensamientos.



Ella

... y fue enterrada por los servicios sociales por no tener familiares cercanos

Ocurrió una vez : ELLA - Prologo ( 1996Crosafermu )

NOTA :  Este relato nombra a los personajes de Cincuenta sombras de Grey, pero es original de 1996Crosafermu.  La única coincidencia, son los nombres.  Narra las secuencias de lo que pudieron pensar y hacer los protagonistas de la historia, y se refieren a la búsqueda del origen de  Christian desde el principio.

 
 
 
La nieve cubría las calles de Detroit y los coches circulaban despacio, con precaución. Dentro de un taxi iba una pareja en silencio. El con el rostro crispado, ella expectante.. Lentamente se encaminaban hacia el cementerio de la ciudad.  Habían llegado en avión hacía dos días, con el tiempo justo de hacer algunas averiguaciones y visitar una vieja tumba olvidada del mundo.

El taxi que les conducía hasta allí, les dejó cerca. El sepulcro estaba situado en una zona poco accesible. Pagaron la carrera, y cogidos de la mano buscaron un nombre.

Apenas podían  leerse  las lápidas borradas por el tiempo y cubiertas por la nieve caída . Hacía muchísimo frio. Con las manos enfundadas en los guantes, apartaban el hielo para poder ver las inscripciones. El llevaba un plano que le había dado el detective que había contratado para la localización de la sepultura.  Tardarían un buen rato en localizarla, pero al fin lo consiguieron.

Continuará....